México y el horror interminable de las fosas clandestinas: “Nos dijeron que había un cuerpo enterrado y van 11”

Madres buscadoras del colectivo Grupo Vida, en Torreón, Coahuila, en 2024.

Llegaron, como suelen llegar, por una llamada anónima. Una vez en el lugar no fue difícil encontrarlos: aquí una pierna que sobresale de un montón de polvo, allá una mano sin cuerpo. Así, “semienterrados”, dirá María Isabel Cruz, sin casi tener que usar la pala, aparecieron nueve. Muertos sin tumba ni nombre, abandonados en el ejido Mezquitillo, a una hora de la morgue a cielo abierto en que la guerra ha convertido Culiacán. A poco que rascaron un poco la tierra desenterraron a dos más. Algunos eran ya puro hueso, otros todavía estaban frescos. El lugar, “un panteón clandestino”, era un tiradero desde hace años. Una mañana de martes en Sinaloa: seis fosas, 11 cadáveres y la esperanza de encontrar más jirones de vidas en esos agujeros.

Seguir leyendo

Personal de la fiscalía estatal en Teuchitlán, Jalisco, el 20 de marzo de 2025.

Fuente: El País

Publicación relacionada

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »